Para mis alumnos de 1° año de las ESB 313 y 355 acá hay algo para complementar lo que vimos al inicio del año, cuando veiamos calendarios y el inicio de los mismos según distintas culturas:
En sus diversas formas, el calendario es un sistema para el computo del tiempo. La palabra deriva del latín
calendas,
que significa primer día del mes. Todos se basan en la alternancia día -
noche (rotación de la tierra sobre su eje), las fases de la luna
(traslación del satélite alrededor de la Tierra) y las estaciones del
año(traslación de la Tierra alrededor del Sol). Por razones prácticas,
el tiempo se divide en períodos fijos o días. La razón de la existencia
de diversos sistemas para la medida del tiempo obedece a que ni la
órbita de la Luna ni la de la Tierra se describen en días completos.
En el calendario lunar cada mes comienza con la luna nueva y tiene,
alternativamente, 29 y 30 días. El año lunar se compone de doce meses y
no coincide con el año solar. Por lo que las festividades caen en
diferentes estaciones según los años.
El calendario Lunisolar
combina los meses lunares y el año solar, lo que exige intercalar un mes
bisiesto cada cierto número de años. En este caso el comienzo del nuevo
año tiene siempre lugar en la misma estación.
El punto de
partida de la cronología en los diversos calendarios suele coincidir con
acontecimientos importantes para las diferentes culturas. Así el
calendario judío toma como fecha inicial “la creación del mundo”
(establecida alrededor del 3761 antes de Cristo). El mundo musulmán,
considera la huida de Mahoma hacia Medina (622 después de Cristo) y el
Cristiano, el nacimiento de Jesucristo.
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Para
los musulmanes, el cómputo del tiempo se efectúa en el contexto de un
calendario lunar. La puesta del sol marca el fin del día -y el comienzo
del siguiente -, mientras que el avistamiento de la luna tras la
conjunción de Luna Nueva marca el comienzo del mes. “Luna Nueva” es el
nombre que recibe el momento astronómico en que la Tierra, la Luna y el
Sol están alineados y en ese orden -la alineación Luna, Tierra y Sol-
produce la Luna Llena.
Existen otras opciones como, por
ejemplo, la de un calendario solar (Gregoriano) o lunisolar (adoptado
por los hebreos). La elección del calendario lunar ha quedado sustentada
por tajantes alusiones coránicas y de la sunna:
<<El
número de meses, para Dios, es de doce. Fueron inscritos en la Escritura
de Dios el día que creó los cielos y la tierra. De ellos, cuatro son
sagrados: ésa es la religión verdadera. ¡No seáis injustos con vosotros
mismos no respetándolos! ¡Y combatid todos contra los asociadores como
ellos también combaten contra vosotros! Y saber que Dios está con los
que le temen.
El mes intercalas no significa más que un
incremento en la incredulidad con la que se extravían los infieles. Lo
declaran profano un año y sagrado otro año, para estar de acuerdo con el
número de lo que Dios ha declarado sagrado, declarando así profano lo
que Dios ha declarado sagrado. La malicia de sus obras ha sido
engalanada, pero Dios no dirige al pueblo infiel. >> (9.
36-37)
<<Te preguntan a cerca de los novilunios.
Di: “son indicadores que sirven a los hombres para fijar la época de la
peregrinación”(…)>>
Los musulmanes se desprenden de
las estaciones como indicadores de la medida temporal. Así las fiestas
islámicas caerán en el mismo mes lunar pero en distintos momentos
estacionales, o incluso en distintas estaciones, a medida que
transcurren los años.
El mes lunar comienza con el primer
avistamiento de luna por ojos musulmanes -en las condiciones que
establece el orden jurídico islámico-. Un mes no tendrá más de treinta
días. Se han barajado en círculos serios dos métodos formales de
decretar el comienzo del mes, a saber:
-Tras el primer
avistamiento de Luna Nueva en circunstancias sometidas a derecho y en el
lugar donde va a regir el decreto, ya sea por conocidos o por
desconocidos solventes.
-Tras el primer avistamiento de la Luna
Nueva según se aclara en el punto anterior, pero considerando cualquier
tierra islámica como observatorio con crédito.
Mientras el
momento de la conjunción llamada Luna Nueva es perfectamente calculable,
el comienzo del mes islámico no lo es. Esto se debe a la inclusión del
avistamiento como condición necesaria y suficiente para decretar el
cambio de mes, una vez agotado el día 29 del que acaba. De hecho el
avistamiento depende de:
Condiciones atmosféricas.
La edad de la luna en la tarde del día 29 del mes.
La proximidad de la Luna al Sol en el momento de la puesta de Sol.
El intervalo de tiempo entre la puesta de Sol y la de la Luna.
La contaminación entre la zona de observación o la presencia de bruma, si ésta tiene lugar en el mar.
La orografía de la zona de observación.
La utilización de medios ópticos, como telescopios u otros.
La destreza y la agudeza visual de los observadores, caso de que no usen medios ópticos sofisticados.
Según
los musulmanes es Alá quien he precisado fielmente el día del mes lunar
en que tiene lugar o comienza una celebración, la recompensa que la
observación del fiel de esta fiesta tiene ante Él. Y el castigo que
merece faltar a determinadas fiestas. Es gravísimo, por ejemplo, no
ayunar a propósito y sin excusa legal en un día de Ramadán.
La
precisión en la fijación de la fiesta exige corresponder, si lo que se
pretende es obedecer a Alá y a su Mensajero, con una rigurosa vigilancia
del calendario.
La dificulta de guiarse con un calendario lunar
es una bendición para los musulmanes. Su abandono no representa sino
una nueva luz roja en el sistema de la umma.
La hégira o era del Islam:
Los
musulmanes no tuvieron un cómputo cronológico propio hasta siete u ocho
años después de morir Mahoma. El califa `Umar b. Al-Jattab instaura una
nueva era que conmemora el suceso más trascendental de la comunidad
musulmana la hiyra. (Emigración del profeta a Medina tras romper las
relaciones con los qurasies en la Meca)
Se cree que llegó a
Medina un lunes 8 de rabi I (=20 de Septiembre 622 J.C) se acordó
empezar su cómputo el viernes I de al-muharram para que de este modo la
era comenzase de acuerdo con el calendario.
EL CALENDARIO MUSULMÁN
Tuvo
su origen en el arábigo de la yahiliyya o era de la ignorancia, que
precedió a la de Mahoma. Este antiguo calendario constaba de 354 días
repartidos en doce lunaciones de treinta y veintinueve días
alternativamente. Para coordinarlo con las estaciones se intercalaban
años superabundantes, compuestos por 13 meses lunares, computados de
tiempo en tiempo y sin un criterio fijo.
En los primeros años de
predicación de Mahoma no se cambiaron los métodos cronológicos
tradicionales del pueblo árabe, pero cuando en el Monte `Arafa le fue
revelado al profeta que el tal sistema pagano de intercalación
constituía una prueba de infidelidad hacia Dios, ya que producía un
cambio en el número de meses por Él fijado, fue prohibido. Tuvo lugar
diez años después de la hiyra a Medina.
Quedó convertido en
calendario lunar por excelencia, conocido hoy bajo las denominaciones de
islámico, musulmán o mahometano y que, teóricamente, está fundamentado
sobre la base de un ciclo de 360 lunaciones o 30 años lunares, entre los
cuales 19 se computan a razón de 354 días (llamados simples o basita) y
los otros 11 a razón de 355 (llamados bisiestos, intercalares o
kaba'is)
El más perfecto y antiguo
sistema de intercalación o calendario teórico es el realizado por el
musulmán Abu `Abd Allah Muhammad b. Yabir b. Sinan al-Battani
(Albatecnius o Abatenio), pues es el único que responde a una base
constante de cálculo, por lo que ha sido tomado como prototipo de los de
su clase y ha gozado de gran estima en el mundo musulmán de todas las
épocas, hasta el punto que hoy es el calendario teórico aceptado en
general y se encuentra en pleno uso.
EL DÍA MUSULMÁN
Comienza a la puesta de sol y, por lo tanto la noche, vela o víspera precede siempre a la claridad o diurno al cual pertenece.
La palabra significa día natural compuesto de veinticuatro horas.
Representa el espacio de tiempo comprendido entre la subida de la
segunda aurora y la puesta de sol.
Por el contrario, a la
palabra se le da el sentido de veinticuatro horas contadas entre dos
puestas consecutivas de sol. De aquí que las fechas mensuales musulmanas
vengan expresadas, por lo general, en noches, en oposición a nuestro
concepto de darlas referidas siempre a días.
Partes del día:
Históricamente, y a los aspectos de desarrollo de la vida común, el día
musulmán ha de considerarse dividido en veinticuatro horas desiguales o
temporales, denominadas así porque estaban basadas en el curso del sol y
cambiaban, por consiguiente, de magnitud según las estaciones. Estas
horas se distribuían contándose las primeras doce horas desde una puesta
de sol hasta la salida inmediata, y las doce restantes desde ésta hasta
la puesta correspondiente. La enumeración se efectuaba por este mismo
orden y de tal forma que el principio de la séptima hora nocturna
coincidía con la medianoche y el de la séptima diurna con el mediodía.
Los astrónomos, por el contrario, dividían el día en veinticuatro horas
equinocciales o iguales, doce de las cuales se contaban desde el
mediodía hasta la media noche y las otras doce desde ésta hasta el
mediodía siguiente, en la misma forma que se hace universalmente hoy en
día.
Denominaciones especiales de las horas:
Es muy corriente mencionar las horas por medio de sustantivos cuyas
significaciones están en relación bien con la posición del sol, bien con
el grado de oscuridad que en cada hora es característico.
La
identificación de estos sustantivos con sus horas correspondientes es
relativa, ya que la lengua árabe es rica en nombres de esta naturaleza.
Por esta causa las relaciones de los nombres de las horas que dan los
tratadistas musulmanes difieren notablemente unas de otras. Dependen de
los vocablos que se elijan y el país donde son redactadas.
Correspondencia más lógica:
Las partes generales del día; mañana, mediodía y tarde, vienen
expresadas, respectivamente, por al-sabiha, al-zuhr y al-masa'. En
cuanto a la noche, lo general es considerarla dividida en tres partes o
tercios. El tercio primero comienza a la hora de al-`atama, el segundo a
la medianoche o final de al-zulla y principio de al. Zulfa, y el
tercero a la hora de al-sahar.
Momentos fijados del día: (Mawaqit)
Los momentos fijados se llaman así porque en ellos tiene lugar las
oraciones canónicas que todo buen creyente está obligado a efectuar y de
las que se hace profusa mención en los textos, por ser una costumbre
muy arraigada entre los autores musulmanes la de tomarlas como punto de
referencia para designar cualquier fase del día o de la noche, siempre
que no hay necesidad de hablar con gran precisión.
Son cinco:
-salat al-fayr también llamada
salat al-subh (oración del alba).
-salat al-zuhr (en el instante en el que el sol comienza a declinar).
-
salat al-`asr (oración de la media tarde)
-
salat al-magrib (unos minutos después de la puesta de sol)
-
salat al-`asa' o bien
salat al-`atama (una hora más tarde de la puesta de sol).
También son momentos de conocimiento común aquellos en que tienen lugar las oraciones voluntarias o supergatorias:
-
salat al-israq (cuando el sol comienza a elevarse en el horizonte)
-
salat al-duhà (oración de la media mañana)
-
salat al-tahayyud (al comienzo de la madrugada)
Las oraciones que se realizan durante el día, es decir, cuando hay luz,
son en voz baja, simbolizando la regresión del fiel frente a la
grandeza de Alá. Sin embargo, si la oración se realiza cuando no hay luz
solar, puede hacerse en voz alta.
Al-Muharram: (El mes sagrado)
El año comienza con el mes de al-muharram y el primer festival,
al-`asura', se celebra en su décimo día. Comenzó como la fiesta judía de
Pascua, y sigue conmemorando el éxodo de los israelitas de Egipto.
Según la tradición islámica, también es el día en que Noé salió del
arca. A fin de distinguirla de la Pascua los musulmanes ayunan dos días
en lugar de uno. Desde principios de la Edad Media, al-`asura' ha tenido
una importancia especial para los musulmanes chiíes como aniversario
del martirio del imán Husayn, nieto de Mahoma (hijo de su hija Fátima).
Safar: (El mes que está vacío)
Según la tradición, Safar es el mes en que Mahoma sufrió una grave
enfermedad y no pudo recibir más revelaciones de Alá, y de ahí su
nombre. Los musulmanes
excepcionalmente devotos pasan
casi todos los días del mes vestidos de luto para conmemorar la
enfermedad del profeta. Pero a veces el último miércoles del mes se
celebra como un día de carnaval en el cual conmemoran la curación del
profeta.
Rabi` al-awwal: (La primavera)
El
título del tercer mes musulmán es incongruente, dado que, al ser lunar,
no guarda relación con la primavera ni con ninguna otra estación. En los
diez próximos años en el hemisferio occidental Rabi` al-awwal caerá en
otoño o a principios del invierno.
No se conoce el origen del
título. Quizás sea un resto del antiguo calendario árabe pagano basado
en los solsticios, o una referencia mística a su principal fecha: el
aniversario del nacimiento y la muerte de Mahoma.
Casi todo el
mes se consagra a conmemorar el nacimiento y la muerte de Mahoma que,
según la tradición, ocurrieron el mismo día, el duodécimo del mes. El
festival de 'id-Mawlid al-Nabi, que conmemora esa fecha, se celebró por
primera vez en 1207 en el actual Iraq. Durante éste, los musulmanes
hacen regalos, se visten con prendas de colores y queman incienso y
velas. Señala la profunda veneración que sienten los musulmanes hacia
Mahoma.
En el calendario hay también otros Mulud, que son
festivales que conmemoran el cumpleaños de un santo o de otra persona
venerada del pasado.
Los chiítas celebran su cumpleaños el
decimoséptimo día del primer mes de Rabi` I, que es así mismo el
cumpleaños de Ya`far al-sadiq(el sexto imán).
Rabi` al-tani: (El mes después de la primavera)
El cuarto mes no tiene ningún significado especial para los musulmanes
ortodoxos sunníes ni chiíes, pero sí lo celebran los sufíes,
especialmente en la India y Pakistán.
Los sufíes se visten con
atavíos llamativos y celebran carnavales para conmemorar la muerte de su
“santo” Abd al-Qadir, fundador de la orden. Los musulmanes chiíes, y
sobre todo los sunníes, consideran que todo ello es completamente
herético.
Yumada al-ulà (El primer mes seco)
Yumada al-taniya (El segundo mes seco)
Los meses quinto y sexto se consagran a preparar la intensa serie de
festejos que comienzan a mitad del mes siguiente. Durante esos meses,
los musulmanes sunníes prohiben toda forma de devoción religiosa en
público, salvo la salat, aunque los sunníes practican el culto de los
mártires locales, y los sufíes, el de los santos.
Rayab: (El mes de reverencia)
Algunos musulmanes conmemoran el primer día de Rayab con el pequeño
festival de Ragh'ib, cuando se cree que Aminah' concibió a su hijo
Mahoma. Pero la principal preocupación consiste en ir intensificando la
observancia religiosa asta el día 27, que es la fiesta más celebrada del
año, aunque el Islam clásico no la reconoce: Laylat al-mi`ray (La
Fiesta de la Noche de la Ascensión).
Durante Laylat al-mi`ray,
los musulmanes conmemoran el milagroso “viaje nocturno” que hizo Mahoma
de la Meca a Jerusalén a lomos de un animal alado. El emplazamiento del
milagro, en el que se le mostraron las puertas del cielo y del infierno
está señalado en la actualidad por la Cúpula de la Roca en Jerusalén, a
la que se desplazan muchos musulmanes en una peregrinación menor para
celebrar la fiesta.
El decimotercer día los musulmanes chiíes
celebran el martirio de Alí (yerno de Mahoma), que fue el primer imán
chií. Los chiíes observan el 13 de Rayab con enormes muestras de
pesadumbre pública y declaraciones de su disposición a morir como lo
hizo el mártir musulmán.
Sa`ban: (El mes de la división)
La fiesta de Laylat al-Bara'a (Noche de la batalla de Badr) se
celebra en la noche de la luna llena y en ella se conmemora oficialmente
la conquista de la Meca por Mahoma. Sin embargo, su verdadero
significado es la superstición de que se trata de la noche en la que Alá
pasa revista a toda la humanidad y determina el destino de cada
creyente (igual que determinó que Mahoma debía conquistar la Meca)
Se celebra un festival que tiene un origen plenamente pagano. Los
creyentes suelen rezar toda la noche y hacen a Alá una especie de
confesión de sus pecados a lo largo del último año antes de pedir
perdón. Ello contradice directamente un aspecto central de la teología
musulmana ortodoxa: que nadie puede invocar directamente a Alá y que en
todo caso Éste ya ha predestinado los destinos de los creyentes.
Ramadán: (El mes del gran calor)
Es el más exigente del año islámico. Todos los musulmanes deben ayunar
durante los treinta días que dura, de conformidad con las normas de la
ibada sobre el
sawn.
Se trata de un período espiritual durante el cual el musulmán se
concentra más que nunca en las actividades religiosas, tales como leer
el Corán. A lo largo del mes se prohiben todos los festejos laicos y en
los países en los que se impone la ley coránica, se castiga duramente a
los que infringen cualquier aspecto de la
ibada.
El
Ramadán llega a su punto culminante con la fiesta de Laylat al-Qadr
(Noche del poder), el vigésimo séptimo día. Según la tradición, esa es
la noche en la que Mahoma recibió la primera sura del Corán, en el año
610 y se cree que es en esa noche en la que estuvo más activo en este
mundo. Según los hadices, si un musulmán pasa la noche rezando, se
considera que ello tiene más eficacia que “mil meses” de oración en
otras épocas del año.
Según muchos musulmanes, el Ramadán es el
único período en el que los musulmanes pueden concentrarse plenamente
en la práctica de su fe, mientras ocupan menos tiempo de culto y
contemplación, una ocasión para los musulmanes de estrechar lazos con la
familia y la comunidad.
Sawwal (El mes de la caza)
Dhu-l-Qa`da (El mes de descanso)
El primer día del décimo mes empieza con la fiesta de `Id al-fitr
(fiesta del final del ayuno) con la que termina el ayuno del Ramadan, y
en consecuencia es una fuente de grandes festejos que cuentan con la
aprobación oficial. Durante tres días, los musulmanes se reúnen con la
familia y los amigos para comer a lo grande, intercambiar regalos y , a
menudo, practicar su devoción religiosa. Los que están en el extranjero
por motivos de trabajo o estudio, viajan a su casa para reunirse con su
familia. Para muchos musulmanes es el momento de celebrar la renovación
de su compromiso con la fe y dar gracias a Dios por haberse visto a
través de la larga fiesta.
En Turquía recibe el nombre de
“festival de azúcar” y se comen grandes cantidades de dulces. En claro
contraste con el Ramadan, los musulmanes tienden a estar muy animados en
los meses décimo y undécimo.
Du-l-hiyya (El mes de la
nach)
El décimo día de Du-l-hiyya es el más santo del calendario islámico y
conmemora la aceptación del Profeta Ibrahim del sacrificio de su hijo
Isma'il para demostrar su sumisión a Alá. Ése es el día en el que todo
musulmán debe matar ritualmente un animal
halal (autorizado), como una oveja, una cabra, una vaca o un camello.
Es el mes del peregrinaje. Uno de los actos rituales que se practican
hacia el fin de la peregrinación a la Meca, es el sacrificio de
animales. Esta fiesta es conocida como `Id al-Adhà
Los chiíes
tienen una fiesta más, la de `Id al-gadir, día en el que según creen
Mahoma anunció que debería sucederlo su primer Imán, Alí. Pero además,
`Id al-adhà lleva a su apogeo el año religioso y ya no hay más fiestas
hasta que vuelve a comenzar el ciclo con al-`asura', el décimo día del
primer mes de Al-Muharram.