Un nuevo
dinosaurio, hallado en Argentina
28 de junio de 2012
Su nombre es Bicentenaria argentina, y, si bien es
nuevo como especie, el ejemplar tiene una antigüedad de 90 millones de años.
Sus restos fueron hallados, accidentalmente, por un pescador del lago Ramos
Mexía, en la provincia de Río Negro, en la Patagonia argentina. Según los
investigadores del Museo Argentino de Ciencias Naturales (MACN), el hallazgo
podría dar lugar a una nueva historia de los celurosaurios, aquellos
dinosaurios que dieron origen a las aves que conocemos actualmente.
El nombre de este dinosaurio recién descubierto hace referencia a los dos siglos que se cumplen de la independencia de la Argentina, y, también, de la creación del museo de ciencias donde es exhibido.
El nombre de este dinosaurio recién descubierto hace referencia a los dos siglos que se cumplen de la independencia de la Argentina, y, también, de la creación del museo de ciencias donde es exhibido.
Ciencia - 26 de junio
Presentaron a Bicentenaria
Argentina, una especie desconocida de dinosaurio carnívoro
Investigadores del Museo Argentino de Ciencias
Naturales anunciaron el descubrimiento de una especie de dinosaurio, que
bautizaron Bicentenaria Argentina, que podría ser el primer representante de un
linaje desconocido de la familia de los celurosaurios, que habrían dado origen
a las aves.
Bicentenaria Argentina es el nombre elegido por los
investigadores del Museo (MACN) para este dinosaurio, no sólo para conmemorar
los dos siglos de independencia argentina, sino también los 200 años de la
creación del Museo, dependiente del Consejo Nacional de Investigaciones
Científicas y Técnicas (Conicet).
Los investigadores creen que ejemplares como el Bicentenaria podrían aportar claves para entender cómo fue la evolución de estos animales. “Si bien dentro de los celurosaurios hay miembros como el Tyrannosaurus rex o el Velociraptor, no se conoce mucho acerca de las formas primitivas de los primeros celurosaurios”, explicó Fernando Novas, investigador independiente del Conicet y jefe del MACN.
Novas y su equipo analizaron los huesos encontrados en Río Negro y describieron las características del Bicentenaria. Los adultos habrían tenido entre 2,5 y 3 metros de largo, y eran ágiles y delgados. Por la forma de sus dientes y la presencia de garras, sería posible deducir que se trataba de dinosaurios cazadores.
“Se puede sospechar que podrían haberse alimentado de dinosaurios más pequeños, herbívoros o crías de dinosaurios”, consideró el investigador. Se puede también especular que este dinosaurio habría tenido el cuerpo cubierto por plumas. Si bien no se hallaron rastros de plumaje en las rocas, investigaciones anteriores muestran que sus parientes –hallados en China– sí estaban emplumados, “y es posible inferir que Bicentenaria también”, dijo Novas.
Las rocas que contenían los huesos tienen alrededor de 90 millones de años y corresponden al período Cretácico Superior, entre 65 y 98 millones de años atrás. “Los fósiles de celurosaurios primitivos son raros, y por lo tanto esta nueva especie es muy importante”, señaló Steve Brusatte, de la división de Paleontología del Museo Americano de Historia Natural de Estados Unidos.
Para Brusatte, Bicentenaria no sólo debería ayudar a comprender mejor el árbol familiar de las aves y sus parientes más cercanos, sino que también “indica que los continentes del sur –Sudamérica, África, Australia– tuvieron una mayor diversidad de dinosaurios pequeños y similares a las aves de lo que se esperaba”.
Hallazgo fortuito
Los huesos del Bicentenaria fueron encontrados en 1998 a orillas del lago Ramos Mexía, Río Negro, por Raúl Spedale, empleado de una hormigonera. Ese año hubo una bajante excepcional en los niveles del lago y quedaron expuestas algunas zonas que usualmente están tapadas por agua.
Mientras pescaba, Spedale vio un parche de arenisca del cual salían huesos en punta. “Cuando los vi tiré la caña, me arrodillé y empecé a escarbar con un cuchillo grande que tenía”, aseguró. Excavó toda esa tarde y las siguientes, durante tres temporadas de pesca. Así, rescató alrededor de 130 huesos, pertenecientes a varios ejemplares de este dinosaurio.
Bicentenaria argentina: ¿juntos o separados?
Una vez en el laboratorio, Novas y su equipo se dieron cuenta que los 130 huesos colectados por Spedale correspondían a por lo menos tres ejemplares adultos y varios juveniles. Sin embargo, el investigador advirtió que esto no necesariamente indica que cazaban en manadas, como usualmente se cree. Es probable que el Bicentenaria viviera en grupos, como ocurre con muchas aves vivientes. El hecho de que los huesos de adultos y juveniles se hallaran entremezclados sugiere que alguna razón ambiental (quizás una sequía) habría provocado una gran mortandad de estos dinosaurios, cuyos cadáveres fueran posteriormente arrastrados varios metros por las corrientes de agua hasta su tumba definitiva.
Evolución: de dinosaurios gigantes a aves
Según Federico Agnolín, estudiante de paleontología en la Universidad Nacional de La Plata e investigador de la Fundación de Historia Natural Félix de Azara, este dinosaurio podría ayudar a comprender cómo fue la transición de ejemplares de gran porte, como el tiranosaurio, hasta las aves que conocemos actualmente.
“Este animal pertenece a un linaje bastante primitivo dentro de su grupo, pero aparece en un tiempo relativamente moderno”, dijo y añadió que “Bicentenaria es como la punta del iceberg: no conocemos a sus ancestros y es por ahora la única especie de este gran grupo”.
A la paleontología le falta conocer cómo fue que los grandes dinosaurios arcaicos evolucionaron a especies más pequeñas, y este ejemplar podría aportar algunas pistas sobre este proceso.
“No sabemos bien por qué se hicieron más chicos, pero es probable que con la reducción del tamaño estos carnívoros hayan podido ocupar nichos ecológicos diferentes de sus enormes parientes y evitar la competencia con los grandes depredadores”, explicó Novas.
El investigador concluyó que “el Bicentenaria y sus parientes documentan un primer escalón en la reducción del tamaño corporal; el próximo escalón serían sus descendientes, las aves”.
Bicentenaria argentina forma parte del patrimonio de la provincia de Río Negro, donde fue descubierto, y tras su presentación va a pasar a integrar las colecciones del Museo Carlos Ameghino, de Cipoletti.
Los investigadores creen que ejemplares como el Bicentenaria podrían aportar claves para entender cómo fue la evolución de estos animales. “Si bien dentro de los celurosaurios hay miembros como el Tyrannosaurus rex o el Velociraptor, no se conoce mucho acerca de las formas primitivas de los primeros celurosaurios”, explicó Fernando Novas, investigador independiente del Conicet y jefe del MACN.
Novas y su equipo analizaron los huesos encontrados en Río Negro y describieron las características del Bicentenaria. Los adultos habrían tenido entre 2,5 y 3 metros de largo, y eran ágiles y delgados. Por la forma de sus dientes y la presencia de garras, sería posible deducir que se trataba de dinosaurios cazadores.
“Se puede sospechar que podrían haberse alimentado de dinosaurios más pequeños, herbívoros o crías de dinosaurios”, consideró el investigador. Se puede también especular que este dinosaurio habría tenido el cuerpo cubierto por plumas. Si bien no se hallaron rastros de plumaje en las rocas, investigaciones anteriores muestran que sus parientes –hallados en China– sí estaban emplumados, “y es posible inferir que Bicentenaria también”, dijo Novas.
Las rocas que contenían los huesos tienen alrededor de 90 millones de años y corresponden al período Cretácico Superior, entre 65 y 98 millones de años atrás. “Los fósiles de celurosaurios primitivos son raros, y por lo tanto esta nueva especie es muy importante”, señaló Steve Brusatte, de la división de Paleontología del Museo Americano de Historia Natural de Estados Unidos.
Para Brusatte, Bicentenaria no sólo debería ayudar a comprender mejor el árbol familiar de las aves y sus parientes más cercanos, sino que también “indica que los continentes del sur –Sudamérica, África, Australia– tuvieron una mayor diversidad de dinosaurios pequeños y similares a las aves de lo que se esperaba”.
Hallazgo fortuito
Los huesos del Bicentenaria fueron encontrados en 1998 a orillas del lago Ramos Mexía, Río Negro, por Raúl Spedale, empleado de una hormigonera. Ese año hubo una bajante excepcional en los niveles del lago y quedaron expuestas algunas zonas que usualmente están tapadas por agua.
Mientras pescaba, Spedale vio un parche de arenisca del cual salían huesos en punta. “Cuando los vi tiré la caña, me arrodillé y empecé a escarbar con un cuchillo grande que tenía”, aseguró. Excavó toda esa tarde y las siguientes, durante tres temporadas de pesca. Así, rescató alrededor de 130 huesos, pertenecientes a varios ejemplares de este dinosaurio.
Bicentenaria argentina: ¿juntos o separados?
Una vez en el laboratorio, Novas y su equipo se dieron cuenta que los 130 huesos colectados por Spedale correspondían a por lo menos tres ejemplares adultos y varios juveniles. Sin embargo, el investigador advirtió que esto no necesariamente indica que cazaban en manadas, como usualmente se cree. Es probable que el Bicentenaria viviera en grupos, como ocurre con muchas aves vivientes. El hecho de que los huesos de adultos y juveniles se hallaran entremezclados sugiere que alguna razón ambiental (quizás una sequía) habría provocado una gran mortandad de estos dinosaurios, cuyos cadáveres fueran posteriormente arrastrados varios metros por las corrientes de agua hasta su tumba definitiva.
Evolución: de dinosaurios gigantes a aves
Según Federico Agnolín, estudiante de paleontología en la Universidad Nacional de La Plata e investigador de la Fundación de Historia Natural Félix de Azara, este dinosaurio podría ayudar a comprender cómo fue la transición de ejemplares de gran porte, como el tiranosaurio, hasta las aves que conocemos actualmente.
“Este animal pertenece a un linaje bastante primitivo dentro de su grupo, pero aparece en un tiempo relativamente moderno”, dijo y añadió que “Bicentenaria es como la punta del iceberg: no conocemos a sus ancestros y es por ahora la única especie de este gran grupo”.
A la paleontología le falta conocer cómo fue que los grandes dinosaurios arcaicos evolucionaron a especies más pequeñas, y este ejemplar podría aportar algunas pistas sobre este proceso.
“No sabemos bien por qué se hicieron más chicos, pero es probable que con la reducción del tamaño estos carnívoros hayan podido ocupar nichos ecológicos diferentes de sus enormes parientes y evitar la competencia con los grandes depredadores”, explicó Novas.
El investigador concluyó que “el Bicentenaria y sus parientes documentan un primer escalón en la reducción del tamaño corporal; el próximo escalón serían sus descendientes, las aves”.
Bicentenaria argentina forma parte del patrimonio de la provincia de Río Negro, donde fue descubierto, y tras su presentación va a pasar a integrar las colecciones del Museo Carlos Ameghino, de Cipoletti.