sábado, 19 de noviembre de 2011

Un día como hoy....El primer tren de América Latina



19 de NOVIEMBRE de 2011

Se inaugura en Cuba el primer tren de Latinoamérica

19 de noviembre de 1837

El 12 de octubre de 1834 a las 8 de la mañana se inaugura en Cuba, que aun era colonia española, la primera línea férrea de América Latina. Se trata de un tendido de 27,5 kilómetros que unía a la ciudad de La Habana con la localidad azucarera de Güines. La obra fue concebida por el español Miguel Badia y Buñol, que la presentó al gobernador en Cuba. El rey Fernando VII autorizó el pedido de un préstamo de dos millones de pesos a Inglaterra para comprar los equipos y financiar la construcción. Los vagones eran arrastrados por una locomotora a vapor y usados principalmente para el traslado de la producción azucarera hacia el puerto. El tren de Cuba sería el cuarto del mundo en ser puesto en funcionamiento. España tendría su primer ferrocarril recién once años más tarde.
Fuente: History Channel
Estacion de Bejucal, sede del primer tren en la Isla de Cuba

El 19 de noviembre de 1837, en Bejucal, La Habana, Cuba, se tuvo el privilegio de ser la sede (tramo Habana-Bejucal), del primer ferrocarril construido por España en el Nuevo Mundo, que constituyó a su vez el pionero en Iberoamérica, el segundo en el continente americano y el séptimo a nivel mundial.
Actualmente en Bejucal, en los altos de la Estación de Ferrocarril que aún presta sus servicios, existe el modesto pero significativo Museo Ferroviario más antiguo de Iberoamérica (desde 1837), en los terrenos de la otrora San Felipe y Santiago del Bejucal, inolvidable día en que el camino de hierro vislumbró el desarrollo industrial, en un trabajo mancomunado de la Corona Española y grandes hacendados criollos.
El tramo de vía Habana–Bejucal resultaba, sin duda el más complejo de todo el proyecto. La elevación de Bejucal sobre La Habana era de 320 pies en 16 millas, por lo que en ocasiones se hacía difícil obtener planos de 30 pies de inclinación. Las desigualdades del terreno demandaban complicados trabajos de infraestructura; resultaba necesario elevar terraplenes, rebajar lomas e incluso horadarlas. Incluía, también, la construcción de diversos puentes, uno de ellos sobre el río Almendares exigió la utilización de 200 pilares de cantería importados de Estados Unidos.
Las líneas se tendían sobre una capa de balastro de seis pulgadas de espesor, que garantizaría un drenaje adecuado. Aunque estaba previsto que los raíles se colocarían sobre traviesas de madera, la quiebra de los contratistas que habrían de suministrarlas obligó a sustituirlas por similares de cantería. Estos bancos de piedra de 7,5 pies de largo por 2 de ancho y 1,5 de grueso, se colocaban a una distancia de 12 pies entre uno y otro.
En su construcción se emplearon esclavos (principalmente de origen africano), negros libertos, criollos, chinos, yucatecos (convictos mexicanos), irlandeses procedentes de Estados Unidos y naturales de las Islas Canarias, personal que frecuentemente se sublevó por el maltrato y la explotación a la que fue sometido.
En ocasión del santo de la Reina Isabel II, el 19 de noviembre de 1837, la “Real Junta de Fomento” inauguró solemnemente el Ferrocarril. A las 8:00 de la mañana salió el primer tren entre la Habana y Bejucal. Fue vital su implementación para la industria azucarera.
El tren partía de la estación de Garcini, exactamente en la cuadra situada en la calle de Oquendo entre Estrella y Maloja, próxima a la Capital, con varios carros y unos 70 pasajeros, entre ellos importantes autoridades de la colonia, y fue recibida en Bejucal por el Alcalde Corregidor y otras personalidades del lugar. El precio de la primera clase fue de 20 reales, los de tercera 5. El segundo viaje partió a las 2:00 de la tarde con iguales condiciones.
Aquel primer viaje entre La Habana y Bejucal se produjo en una mañana invernal y lluviosa, lo que no impidió la aglomeración del público a lo largo de seis y media leguas (unos 35 kilómetros), asombrado de observar el paso del convoy despidiendo una humareda negra por su chimenea.
El ferrocarril Habana – Bejucal fue un increíble triunfo tecnológico mundial. Su precio, en hombres, 12 muertos por kilómetro, un cadáver cada 83 metros.
Para un mayor conocimiento del transporte ferroviario en el país y el accionar de sus trabajadores, puede visitarse el Museo Ferroviario (patrimonio local) existente en los altos de la Estación de Bejucal, único de su tipo en la Antilla Mayor, además del situado en Ciudad de La Habana, considerado Museo Nacional.
Cuba cuenta hoy con una red ferroviaria que cubre todo el territorio nacional. En los últimos tiempos el ferrocarril cubano ha sido objeto de importantes remodelaciones. En el año 1990, la longitud de la red era de 4 881 kilómetros.
Así, el Museo en los altos de la Estación Ferroviaria (aún en funcionamiento), anexo al Museo de la ciudad de Bejucal, atesora una modesta muestra conservada gracias a muchas manos e inteligencias anónimas de lo que ha representado para la humanidad el camino de hierro.
El Museo puede ser visitado de lunes a domingo en el horario de 8:00 am a 4:00 pm y los sábados, entre las 8:00 am y las 12:00 del día. La estación. El único testigo brinda sus servicios normales de transportación de pasajeros y de mercancías. Toda una historia viva en un pequeño pueblo de La Habana.
La estación ferroviaria es Monumento Local desde el año 1997.
Fuente: http://www.elhabanero.cubaweb.cu/

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